Las acciones del hombre,
a diferencia de otros animales, no son automáticas, si no que están en su
mayoría mediadas por la cultura y la interacción de ésta y su naturaleza. Criar
a los niños es una de estas acciones, y las situaciones sociales hacen que
cambie la concepción que se tiene de éstos (p.ej. cuando antes la natalidad era
alta y vista muy normal, ahora se ve como un gasto que afecta la producción).
En la edad media, según estudios de P. Ariès, los niños tenían una especie de
anonimato hasta que se alcanzaba cierta edad, luego de eso, eran tratados como
adultos, pero con sus notables diferencias fisiológicas. La educación dependía
de la clase social, y en la clase alta los niños no estaban acostumbrados a ser
criados por sus padres, a diferencia de la clase baja.
Además, el objeto de
equilibrio familiar era meramente económico. Hasta el s.XVII se comenzó a tener
una especie de consideración hacia la infancia gracias a los cambios sociales.
Hasta el s.XIX comenzaron a existir nociones de abuso y explotación infantil. El estudio
del desarrollo del niño es prácticamente reciente. Estos estudios comenzaron
con base a observaciones como sujetos excepcionales, más tarde surgieron
estudios biográficos especializados sistemáticamente en un niño, y más tarde
aún, surgieron los estudios de tipo estadístico, recopilaciones de datos sobre
aspectos de la conducta infantil.
Las primeras observaciones de los niños aparecen
dispersas en autores griegos y latinos enfocados en la educación, en cómo debe
de tratárseles para formar adultos de calidad. En el s. XVII aparece de nuevo
la preocupación por la educación cuando Comenius defiende la idea de que la
escuela debe variar en función de la edad en la que el sujeto aprende.
Luego,
Locke hace aportaciones importantes en la psicología empirista con el postulado
y la tabula rasa. Más tarde, Rosseau,
contribuyó con “Émile ou de l’éducation” a crear un movimiento de preocupación
e interés por la infancia y la investigación sistemática del desarrollo
infantil. Existe una diario sistemático escrito por Jean Héroard, donde refleja
aspectos de la infancia en el s. XVII, así como también Pestalozzi y Richter
escribieron diarios que no fueron publicados. El primer trabajo que contribuyó
al progreso científico con base al desarrollo infantil fue el de Tiedemann en
el s. XIX, pues proporciona información abordando los temas más importantes de
la psicología actual.
Durante el s. XIX, Ernest Haeckel formula la ley
biogenética con base en el darwinismo según la cual, el desarrollo del
individuo reproduce el desarrollo de la especie; el estudio de los embriones y
el estudio de los niños facilitarían la comprensión del individuo adulto y esto
daba al estudio del niño un interés teórico renovado, con implicaciones
profundas en la ciencia.
El trabajo publicado por Taine acerca de las
observaciones en su hija del surgimiento del lenguaje hacen que Darwin publique
observaciones biográficas acerca de sus hijos, y esto influyó a que autores
como Pollock, Bernard Pérez (Les trois
premiéres annéesde l’enfant) y Egger publiquen trabajos acerca del
esarrollo del niño y, de manera inmersa, el desarrollo del lenguaje. La obra
del partidario del evolucionismo William Preyer, El alma del niño, en la que anota todo progreso de su propio hijo
hasta los tres años, se considera como el primer estudio científico sobre el
desarrollo infantil y el inicio real del estudio de la psicología del niño.
En el caso de los trabajos de sujetos excepcionales, por
ejemplo, está el trabajo de Cheselden en el cual enfoca a un joven
paciente al que curó de cataratas, y el
interés de este trabajo radica en que el problema de la recuperación de la
visión es algo que afecta a cómo concebimos la formación de conocimientos y
cómo reconocemos objetos, causando polémica entre los filósofos
innatistas. Otro trabajo importante
acerca de un ser excepcional es el de Daines Barrington quien documentó las
observaciones que hizo de Mozart. El caso más famoso de un sujeto excepcional
es el documentado por Jean Itard, ocupado del caso del Niño de Aveyron.
En cuanto a los estudios estadísticos, que podrían avalar
que los niños estudiados puedan considerase “normales” a diferencia de los
trabajos individuales que no nos dicen que su conducta se produzca en otros
niños, en 1870 la sociedad
psicopedagógica de Berlín publica un trabajo que estudiaba “los contenidos de las mentes
infantiles al entrar en la escuela a la edad de seis años”, pudiendo
considerarse el primer estudio estadístico publicado de psicología de la
educación, pues según la sociedad era necesario saber qué conocimiento tenían
los niños al entrar a la escuela con el fin de enseñarles eficazmente. En base
a este estudio, Stanley Hall publica un trabajo llamado “Los contenidos de las
mentes infantiles”, con problemas metodológicos ausentes en el trabajo de
Berlín y con base a 200 niños de Boston. Hall hace énfasis en la distinción del
conocimiento verbal y el conocimiento práctico.
En trabajos de finales del s. XIX destacan los del autor
James Baldwin, partidario del evolucionismo que aplicó las ideas de Darwin al
desarrollo psicológico del niño. Planeta fundamentalmente cómo un organismo
adquiere nuevas conductas y se adapta al medio. Se presenta como el primer
teórico dentro de la psicología evolutiva pues su interés se enfoca en el
estudio del niño, par concentrarse en los procesos evolutivos y la construcción
del psiquismo adulto. Sin embargo, Baldwin no disponía de los datos suficientes
para esta vasta labor teorica. Fue
influyente en los trabajos de Piaget.
En los primeros años del s. XX se producen varios hechos
que afectan a la psicología evolutiva:
·
El surgimiento del psicoanálisis creado por
Freud, tuvo importantes influencias sobre todo el conjunto de la cultura y la
concepción del hombre. Freud insistió en la importancia de las primeras
experiencias del niño para el desarrollo de la personalidad del adulto.
·
La preocupación por la renovación educativa a
fin de la realización con éxito de tareas educativas.
·
La introducción de test mentales , y la
elaboración de un instrumento que permitiera conocer el nivel de cada niño para
que pudiera seguir la enseñanza con éxito.
La crisis que sufrió la corriente introspectiva y
atomista al hacer claras sus limitaciones produjo importantes cambios en la
teoría psicológica, tal es el caso del surgimiento de la Gestalt y del
conductismo como oposiciones a la corriente, de la cual el último tenía vocación
para estudiar al niño pues los niños pequeños y los animales eran buenos
sujetos para estudiar la conducta, y Watson (principal personaje del
conductismo) se interesaba por la educación y pensaba que el conductismo era
una concepción del mundo que nos ofrecería un mundo mejor.
Entre las dos guerras mundiales dominan dos tendencias
contrapuestas en la psicología del desarrollo: Las investigaciones que deciden
estudiar aspectos del desarrollo de manera cuidadosa y sin esclarecer sus
posiciones teóricas (Gesell); y los que trataban de elaborar una acumulación de
datos sin teoría. Había también, autores
que combinaban datos y teoría (Wallon, Werner, Vigotsky y Piaget).
Después del año 1956, se propició la construcción de
modelos e los procesos internos en los sujetos y que reprueban la pretensión de
que la psicología se reduce a la conducta observable.
Bibliografía
Delval, J. El
desarrollo humano. Madrid: Ed. Siglo XXI. 1999. Cap. 2.
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