La lectura toma como objeto
principal la dificultad del autor para responder a la pregunta ¿qué es un niño?
El autor propone y descarta factores tales como la talla y la morfología para
referirse al niño, comparándolo con el adulto. Propone que el verdadero
problema de definir al niño, es definir la infancia. Nos dice que toma en
cuenta la noción de que existen varias infancias, varios metabolismos y
morfologías, y destacando al crecimiento como un aspecto fisiológico muy
importante; un niño está en constante crecimiento, que se convertirá en hombre.
Al abstenerse de explicar la definición de “hombre” para introducirla en la
noción de “infancia”, el autor continúa su búsqueda al no encontrar una
respuesta.
Habla entonces del comportamiento, dando a entender
que el comportamiento infantil difiere en el del adulto ya que no está sujeto
al empleo del tiempo, por lo que puede ocuparlo en el juego, que destaca como
un acto por excelencia de la infancia. Nos dice que la diferencia entre el
juego infantil del “juego” animal reside en que el juego implica una iniciativa
(por ejemplo: imitación) aunado a cierto “saber”, dígase de reglas o datos
físicos. Pero, el saber del niño se limita a su propio ser y carece de
sistematización de conocimientos (e islotes), además de que tiende a la
constante contradicción. Estas respuestas tampoco resultan suficientes al no
diferir demasiado con el comportamiento adulto, así que el autor propone verlo
desde una perspectiva en la que se analiza la significación del “Yo” del niño.
Éste es un ser capaz de esbozar un Yo a futuro, otorgándole el concepto de
“ímpetu”, una fuerza capaz del progreso. Éste ímpetu está determinado por el
modelo del adulto, y el constante deseo de ser adulto. Trata de hacer frente a
las circunstancias del mayor, y el ímpetu se ve reducido a un impulso hacia el
mayor.
Pero esto significaría no
comprender cómo se ha logrado el progreso del hombre en sociedad, y se comenta
entonces que el tomar como modelo al mayor es sólo porque no hay otro modelo. El
niño es capaz de ser partícipe en actividades que los adultos, no. La infancia
se define como la etapa en la cual se puede partir hacia diversos horizontes,
el ímpetu primitivo que permite al hombre aventurarse a lo desconocido. “El
niño es el ser que vive más allá de sí mismo” y la infancia resulta ser lo más
preciado del hombre, en la menor medida que aún la conserve. Pero las
circunstancias de la existencia pura, obligan al ser humano a abandonar la
infancia para adherirse a la sociedad.
Bibliografía
Chateu, J. (1996) "¿Qué
es un niño?" En el prólogo de M. Debesse, Psicología del Niño. Desde el nacimiento hasta la adolescencia (pp.29-35)
Buenos Aires: Editorial Nova.
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